Reebok Spartan Race Súper Barcelona 2014
Después de haber completado con éxito la carrera de 5 kilómetros en Madrid, el fin de semana pasado decidí probar suerte con la carrera de obstáculos más dura del mundo en su versión de 13 kilómetros y más de 21 obstáculos: Reebok Spartan Race. ¡Maletas y a Barcelona!
La carrera fue mucho más dura que su anterior versión en Madrid: una carrera por la montaña, con mucho barro y un desnivel muy acusado que me hizo sufrir en bastantes momentos. No iba a hacer tiempo, simplemente a disfrutar de la experiencia y a terminar, y aunque en alguna ocasión se me pasó por la cabeza abandonar... ¡lo conseguí! ¡Una medalla más cerca de conseguir la Trifecta!
La localización escogida para esta carrera fue todo un acierto: Les Comes de Sererols, en Súria a 15 kilómetros de Manresa, acogieron a los más de 5.000 atletas que nos dimos cita para participar en alguna de las tres modalidades de la carrera:
- Sprint: 5 kilómetros y 15 obstáculos
- Súper: 13 kilómetros y 21 obstáculos
- Beast: 21 kilómetros y 30 obstáculos
Yo me tiré de cabeza a por la modalidad Súper, que al final contó con más de 14 kilómetros y hasta 29 obstáculos, ¡una locura!
Salimos en la tanda de las 15:30, con todo el sol (y calor) que nos ofreció el fantástico día de la carrera: unos gritos de guerra antes de salir y... ¡allá vamos! No me preguntéis cómo lo hice, pero en el primer obstáculo perdí a mi grupo (así soy yo, qué le vamos a hacer) y me tocó hacer los 13 kilómetros solita: duro, sí, pero toda una experiencia.
Para mi sorpresa pasé las pruebas bastante bien, incluidas las de saltar los muros, que el año pasado requirieron la ayuda de mis compañeros, y sólo tuve que hacer burpees en tres ocasiones: en las monkey bars (pasar las barras colgado, que me pegué el culetazo de mi vida), en la jabalina y en la subida de la cuerda. En esta carrera cuando no puedes superar un obstáculo, y sólo tienes una oportunidad en cada uno, te penalizan con 30 burpees (20 para las chicas), así que más vale aplicarse y pasarlos a la primera.
Cuando ya llevaba 2 horas de carrera la cabeza (que no las piernas) empezaba a flaquear, sobre todo en el momento en que pasas por delante de la meta. La verdad es que pensé seriamente en quedarme allí porque estaba cansada de tanto correr de un lado para otro, pero sólo pensar en la gente que me estaba esperando en la meta y en Madrid me animó para mantenerme firme y terminar.
Crawling en el barro bajo alambre de espinos, arrastre de troncos y de neumáticos gigantes, equilibrio sobre troncos, buceo bajo el barro (sí, bajo el barro)... tuvimos tiempo para todo en aquella tarde.
Tres horas y trece minutos después (que se dice pronto) pude saltar sobre el fuego y recibir mi ansiada medalla. ¡Os aseguro que me la gané!
Os invito a que participéis en la próxima edición de la carrera, ¡os divertiréis mucho! ¡y la distancia de 5 kilómetros es muy asequible!
Imágenes | Reebok
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