Estiramientos: tres reglas de oro para hacerlos bien

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No sé porqué, pero los estiramientos suelen ser una de las partes más odiadas de nuestros entrenamientos: por norma general la gente se los salta, ya estemos en una clase colectiva o entrenando por nuestra cuenta, quizás sin ser conscientes de su importancia. Hasta que no entendamos que los estiramientos son una parte más de un entrenamiento completo, y no algo accesorio de lo que podemos prescindir si queremos, no avanzaremos en la dirección adecuada.

¿Por qué estirar?

¿Cuáles son esos beneficios maravillosos que nos brindan los estiramientos? Quizás explicándolos os anime a no dejarlos pasar. Dependiendo del tipo de estiramientos que realicemos, pueden servirnos para una cosa o para otra.

Estiramientos dinámicos: se realizan al principio de la sesión de entrenamiento, como parte del calentamiento, y su misión es la de ir avisando a nuestro organismo de que le vamos a someter a una situación de estrés, mejorar el rango de movilidad de nuestras articulaciones, prevenir posibles lesiones e ir practicando movimientos específicos que realizaremos durante el entrenamiento.

- Estiramientos estáticos: se realizan al final de la sesión de entrenamiento, dentro de la vuelta a la calma, y nos sirven para avisar al cuerpo de que la situación de estrés ha cesado. Nos ayuda a relajar la musculatura y a mejorar la recuperación muscular.


Las tres reglas de oro de los estiramientos

- Cuida la postura al realizar los estiramientos: un estiramiento mal realizado puede derivar en dolor y/o en una lesión. Una correcta alineación postural llevada a cabo a través de sencillas pautas (hombros atrás y abajo, cabeza al frente, pecho hacia fuera, pelvis neutra...) nos ayudará a sacar mejor partido de los estiramientos.

No sentimos dolor, pero sí tensión: los estiramientos no tienen que doler. Siempre que sintamos dolor al realizar cualquier ejercicio es porque algo no va bien: atrás quedaron ya los días del no pain, no gain; si te duele algo, para. Sin embargo, una cierta tensión es necesaria a la hora de estirar los músculos: encuentra ese punto adecuado conociendo mejor tu cuerpo.

- Mantén la postura y no hagas rebotes: no estamos realizando movimientos balísticos para mejorar le flexibilidad, sino que estamos estirando nuestros músculos para relajarlos. Por eso los movimientos deben ser pausados, fluidos y las posturas mantenidas durante al menos 20 segundos. 
Espero haberos animado con estos argumentos a que no olvidéis estirar después de entrenar: ¡los resultados merecen la pena!

Imagen | Pixabay  

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